/Reseñas///

Brody Dalle – Diploid Love

Brody Dalle - Diploid Love portada
Caroline, 2014
Productor: Brody Dalle, Alain Johannes
Banda: Brody Dalle, Alain Johannes, Michael Shuman (Josh Homme, Shirley Manson, Emily Kokal, Nick Valensi)

Géneros: ,

6.8

Sabe mal, muy mal, tener que señalar en el trabajo de una mujer, que su pareja pueda estar detrás. Más aún si hablamos de Brody Dalle dado el pedazo de cliché de que en su día fuera comparada con Courtney Love por diversas razones. No sé si Josh Homme ha compuesto o arreglado mucho de este «Diploid Love» y de todos modos sería de lo más normal en un matrimonio rockero. Porque puede que esto ni se acerque al nivel de «…Like Clockwork», pero si repasamos la historia, The Distillers lanzaron ya hace años un «Coral Fang» que se sitúa por encima de la mayor parte de la discografía de Rancid (con su vocalista andaba por aquel entonces). Así que ¿qué importa si parte de QOTSA está implicada en esto?.

El disco comienza más que bien, con «Rat Race» como una versión madura de Distillers. A saber: punk-rock de melodías contagiosas (las maneras vocales del estribillo recuerdan a Social Distortion) y producción de rock grandioso a lo Queens of the Stone Age (orquestaciones, piano repetitivo). Una apertura luminosa y hasta con un aire feriante que tiene magnifico remate en el punk-rock mariachi de «Underworld». La adrenalina por las nubes, que se sostiene en «Don’t Mess With Me», divertida y rockera, añadiendo chispa a lo visto en Spinerette.

Y entonces el disco empieza a torcerse de manera dramática. Es aceptable que Dalle ya no sienta tanta pasión por el punk-rock, pero es que su incursión en temas más lentos o profundos es un lastre. «Dressed in Dreams» intenta mezclar aires grungeros con evasión shogaze y oscuridad post-punk en un enorme despropósito. Al margen de lo plano de la composición, su registro rasgado funciona en el rock, pero para intentar un single pop de estadios queda muy impostada. Del mismo modo, la caja de ritmos y el pianito de «Carry On» no casan con el carácter de la artista, con el funesto precedente para el oyente español de acordarse de Dover al escuchar algo así. Transmite desgana pura y devalúa el disco hasta lo indecible.

Pasado el tortuoso ecuador hay un intento de salvar los muebles. «Meet the Foetus / Oh The Joy» registra los lógicos aires de Garbage que podemos pedirle a una colaboración con su amiga Shirley Manson. No es que la transición sea para echar cohetes, pero la segunda parte se acelera entre guitarras y percusión cacharrera con una repetición vocal que de nuevo nos deja con ganas de punk-rock. Aquí entran también en juego los coros de Emily Kokal, de unas Warpaint con cuyo tono encaja mejor «I Don’t Need Your Love». No estamos ante una gran balada, de hecho su primera parte es bastante aburrida, pero sí es un comienzo a la hora de aceptar que si quiere adentrarse en nuevos terrenos musicales tiene que arriesgar más con la voz, con falsete en este caso. Por cierto, si hay algun tema con verdadera mano de Josh Homme, esta sería mi apuesta, la catarsis final tiene su sello. De igual forma me imagino que esas guitarras a fuego lento tan reminiscentes del stoner en «Blood In Gutters» son cosa de la propia Dalle.

«Diploid Love» no es mal disco, pero podríamos resumirlo en el extraño engendro que cierra el disco: «Parties for Prostitutes». Un cruce de rock y pop que juega entre mantener algo de chispa y sofisticarse en cierto ansia por llegar a un público adulto. Un disco cuyos estándares en general no lo deberían hacer sobresalir para nada en la estantería de 2014. Si acaso sirve una vez más para rescatar esos magníficos himnos de cada verano que son «Dismantle Me» o «Die on a Rope». La madurez está bien, abrazar la maternidad también, pero Brody Dalle aún no es capaz de exprimirle el jugo a esta etapa de sentar la cabeza.

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1 de enero de 2014