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Cordura – Metropolis

Cordura - Metropolis portada
Monos sobre Ruedas Rcs, 2012
Banda: Anero, Mitxj, Beko y Unai

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8.0

Siempre he sido más bien contrario a discernir entre lo «objetivo» y lo subjetivo en una reseña, bajo la premisa de que cualquier opinión acerca de lo bueno o malo debe venir de lo segundo. Me es dificil así pues enjuiciar lo nuevo de los vizcainos Cordura ya que su evolución estilística no se ha movido por los caminos que me gustaría desde los comienzos con su EP y su magnífico «La Ridícula Mecánica de la Vida Moderna».

La banda mostró sobradas virtudes para hacer melodías con mucho gancho, urgencia y emoción y sorprende que la madurez les haya llevado a un rock más basado en la fuerza de las guitarras. Digamos que «Metrópolis» es un salto definitivo de aquel rock alternativo de herencia hardcore y emo a un sonido dominado por el stoner y el grunge más solemne. «El Incendio más largo del mundo», fue un paso intermedio, tanto en este plano de evolución como en otros que sí hay que considerar ciertamente positivas. La banda ha pulido su sonido y su destreza instrumental ha dado un salto cualitativo notable.

Esto es palpable sobre todo en la voz, creo que era inconcebible imaginar al cantante de Cordura alcanzando los actuales registros hace unos cuantos años. Y es que hablamos de un disco con ecos de bandas como Monster Magnet, Stone Temple Pilots o Pearl Jam, especialmente en cuestión de guitarras, tal vez añadiéndole un punto de nervio rítmico que les aleja de sonar demasiado afines.

Es imposible no pensar en Kyuss y descendientes al escuchar el patrón de riffs de «La Tormenta de Hielo» y más tarde en unos Soundgarden, bandas que seguro siempre han estado entre sus predilectas pero nunca lo habían dejado notar tanto. Parecido nos ocurre con «Al Final del Túnel» y desde luego, lo que es innegable es que la banda ha entrado en el nuevo estilo de cabeza y con una gran nota. Además, la combinación de este nuevo groove instrumental con lo desgarrado de la voz y letras, alejadas de los típicos cliches del rock, les mantiene una personalidad especial.

Es la producción tan notable en parte la culpable de que el disco nos suene tanto a rock noventero. No es Brendan O’Brien precisamente, ni se han ido a Seattle ni a Los Angeles a hacerlo, pero desde luego el trabajo realizado en Beard Studios suena mucho al de algunos discos de esa parte más hard-rockera del llamado grunge, esa epatante limpieza dentro de la electricidad y un sonido duro. Incluso los momentos más veloces y punk-rockeros como «A La Deriva» cuentan con pasajes que coquetean con el medio tiempo y esa psicodelia latente entonces.

Entre este cierto tono más clásico, brillan con luz propia ideas instrumentales, especialmente «Animales del Zoo Sobre Ruedas», la melancólica y algo más previsible «Metrópolis». También de corta duración es la acústica «Un Mal Necesario» que nos hace acordarnos de aquel lejano «Presente Vs. Preterito Perfecto». La verdad es que la madurez de la banda también se deja ver en cierta nostalgia lírica que retrata ya unos cuantos años dedicados a la música («Por Los Viejos Tiempos»). Una letra con la que cualquier persona metida en la dinámica de ir a conciertos puede identificarse y sumirse en la misma nostalgia.

Si se maneja el asunto fríamente, seguramente lo único que me impide pensar que este es el mejor álbum de Cordura son las expectativas. Desafortunadamente, no soy capaz de manejar fríamente algo así. La buena noticia es que estoy seguro de que habrá mucha gente más predispuesta a disfrutar de este disco, esperemos que sean capaces de ser escuchados en los sectores más rockeros, que las escenas son muy malas.

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1 de enero de 2012