/Reseñas///

Blows, The – Upskirts

Blows
Pupilo, 2008
Productor: Cristian Vogel
Banda: Alex Lago, Bruno Mosquera, Alex Penido, Roy Basanta

Géneros: , ,

6.0

Cuando podemos decir que de un disco lo mejor es su sonido, su producción, es que algo falla. Algo importante. Eso sucede con el primer disco de The Blows, banda viguesa que recoge el testigo de The Strokes y toda la estela de grupos que han seguido sus pasos hasta enlazar con el revival post-punk. Bueno, podemos pensar que igual no es tan sintomático, si el disco ha sido grabado por Cristian Vogel, que ha hecho trabajos para Radiohead o Mäximo Park.

Desde el primer tema parece claro que lo que se dice aportar, The Blows no van a aportar nada. En el sentido de hacer un calco bien hecho de las tendencias de New York o Reino Unido, lo bordan desde la primera nota de «Sin City Lies». Ya notamos que estribillos como «find me, and satisfy me» no dan mucho de sí, pero bueno, es la primera canción, que no cunda el pánico. El caso es que en la mayor parte del disco no se quitan ese tufo a grupo moderno con chupa de cuero, pantalones pitillo y all-stars, pero tan lejos de los Ramones.

Para que no se entienda mal, «107 dB», «Wah’s Happening» son canciones divertidas, potenciales hits de discoteca indie por separado, pero inconsistentes puestas una detrás de otra en un disco de rock. Porque suenan repetitivos sobre el sonido de otros y sobre sí mismos. Y es que en los últimos años estamos hartos de escuchar esas voces estridentes y chulescas, junto con esas guitarras rítmicas. Para colmo también suenan plastificados a menudo, como en «We Want You».
Los momentos que más salvan la papeleta son precisamente los más orgánicos y juguetones como «Damm 80’s Hooker» o «Girls In Leather» al estilo de los Libertines o más en la onda de lo primeros Franz Ferdinand de «Two Minutes». O incluso cuando juegan con el rollo western y el surf, como «Clint Eastwood». También se pueden salvar el polo opuesto, el post-punk bailable de «Disco» es correcto y el más reflexivo de «Missing You» tiene su punto.

Mención especial reciben las letras, que algunas de simples arruinan con trivialidades de lo más superficiales (hasta este sonido debería tener un límite) y rimas de primero de inglés lo que podrían ser temas instrumentalmente válidos, como «Do You Like My Boots, Huh?». El caso es que a menudo su rock pretendidamente indie, chulo y sexual suena artificial, sin alma. Con esto no quiero decir que haya que echarlos a los tiburones, pues al final sus maneras son importadas y como digo, podrían fácilmente protagonizar el hype británico del año desde Vigo.

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1 de enero de 2008