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Berri Txarrak – Denbora da Poligrafo Bakarra

Berri Txarrak - Denbora da Poligrafo Bakarra portada
Only In Dreams, 2014
Productor: Ross Robinson / Ricky Falkner / Bill Stevenson
Banda: Gorka Urbizu, David Gonzalez, Galder Izagirre

Géneros: , , ,

7.8

Parece increíble, especialmente para cualquier vasco, el punto al que han llegado Berri Txarrak. Una evolución que les llevó desde un nacimiento al calor del rock-metal txoznero en los 90, a pronto fijar sus miras en el rock alternativo estadounidense, para finalmente conformar un estilo decididamente propio. Sin entender este viaje, «Denbora da Poligrafo Bakarra» podría antojarse como un disco marciano, uno en el que riffs profundamente metálicos se citan con ritmos de indie bailable y sentidos medios tiempos, todo ello con la gravedad como denominador común.

La historia es que para celebrar los 20 años de andadura, Gorka Urbizu y compañía se lanzan con un inconformista formato de triple disco/EP para el que deciden trabajar con 3 productores en busca de 3 tipos de sonido diferentes. Así tenemos un primer disco en el que repiten con Ross Robinson tras la buena experiencia de «Haria», uno segundo en el que buscan destapar su lado más pop de la mano de Ricky Falkner (de Standstill y detrás de varias producciones del indie español con gancho comercial) y el tercero buscando un sonido más básico y punk-rock junto a Bill Stevenson, que ha trabajado con Rise Against, NoFX o Alkaline Trio.

Aunque no quisiéramos quedarnos en lo superficial y es que, una vez dominado el tema compositivo, parece que Urbizu se enfoca cada vez más a unas letras en las que merece la pena pararse. Porque 20 temas dan para mucho, sobre todo para abordar la denuncia social desde varios prismas pero también para entroncar este fatalismo con temas más personales y existenciales, todo ello relacionado en torno al concepto de los fuegos fatuos («sutxakurrak»), el brillo que nace de la putrefacción, una idea que se repite en los tres discos.

1. Malas noticias y ponzoña

El tono de la primera parte no ofrece muchas sorpresas. Estos son los Berri Txarrak del «Haria» escorándose por iniciativa propia hacia el metal. Bandas como Mastodon, Red Fang o Down parecen ser los luceros de este viaje a las cloacas de la sociedad. Aún dentro de la línea más árida que representa en el total del disco, describe una dinámica que va desde los riffs diabólicos de «Lanbroan», los momentos heavy metal de «Ordaina» y la sorpresa thrash-core de «Alegia» (atención a los gritos y guturales de Gorka aquí), hasta paisajes más atmosféricos y reconocibles en ellos. Este cambio de tercio comienza en la muy Thrice «Zimelkor», una notabilísima composición con mucho cambio y juego de equilibrios. En cambio «Armak» con su prototípico riff stoner se encuentra entre lo menos excitante y en cuanto a «Etsia» aunque no sorprende, es un tema propio de la banda con velocidad, un gancho melódico potente y un estribillo adictivo y paranoico. «Sutxakurrak» pretende cerrar el capítulo con gran ambición, recorriendo de nuevo ese trayecto desde el metal más negro a la apertura a las atmósferas y el color.

2. Reflexión y baile

El meollo polémico del disco se encuentra en este segundo EP, en esos riffs y ritmos que hacen guiños al pop indie británico, ese que llena los festivales. No se puede negar que «Bigarren Itzala» y, especialmente «Lemak, Aingurak» son magníficos ejercicios de estilo y destapan la capacidad de la banda para actúar como máquina de hits dance-pop. Pero si Two Door Cinema Club me parecen totalmente prescindibles, en manos de Berri Txarrak este sonido no me parece más que desaprovechar talento. La apertura de miras es genial y es una de las razones por la que la formación me conquistó, pero también lo es su criterio a la hora de tomar referencias externas.

Por suerte la cosa quedará en anécdota ante el corazón del EP. De algún modo ya planteada con la delicada intro, «Poligrafo Bakarra» es un muy ambicioso medio tiempo y me atrevería a decir que desde ya, uno de los temas más universales de Berri Txarrak. El brillo puede cegar, ya que se orienta a un sonido pop-rock muy comercial: ambiente cálido, escaladas de ritmos y campanilleos, bajos y guitarras muy «de sesión», pero que sin embargo esconden un tema en el que composición, arreglos y alma se dan cita. La ruptura de la canción con los coros es uno de los momentos más emocionantes de todo el disco. Y a partir de aquí la celebración desbordante de «Bele Erraldoia», la juguetona «Helduleku Guztiak» y el homenaje a la dulce acidez de QOTSA (¿pero este no era el disco pop?) de «26 Segundotan» redondean una segunda parte que es la fundamental del disco, para lo mejor y para lo peor.

3. Emoción punk

El tercer disco se puede entender como una declaración de intenciones del que prueba cosas nuevas sin  olvidar la rabia y la emoción que le hacen especial. «Zerbait Asmatuko Dugu» al menos parece mandar este mensaje. Y qué decir de «Orain Norbait Zara», otro de los temas más carismáticos de todo el conjunto, punk rock n roll ante el que nos es inevitable pensar en Kuraia, especialmente estando Galder a los parches. El resto de temas de este EP buscan la brevedad y nos recuerdan a los momentos más brillantes de, por ejemplo, «Jaio.Musika.Hil», una de las cimas artísticas de la banda para el que suscribe. Tan sólo chirría «Bigarren Eskuko Amets» donde Gorka prueba un registro melódico en el estribillo que no parece encajar con un tema, por lo demás, notable como contrapunto más complejo a este segmento.

Resumiendo, la banda euskaldun por antonomasia se ha dado un capricho que parecía un salto al vacío y ha aterrizado con notable elegancia, ofreciendo muestras de variedad y creando uno de esos discos para todos los gustos y opiniones. Lo importante es que se ratifican como unos irredentos fans musicales, algo con lo que nos es muy fácil conectar y que nunca falla a la hora de detectar a una banda auténtica. Aún moviéndose en parámetros muy alejados a lo experimental, Berri Txarrak han encontrado la forma de abrir puertas y derribar prejuicios.

En cuanto al formato, se salva el experimento de la separación por sonoridades por aquello del aniversario, pero como disco conjunto, «Denbora da Poligrafo Bakarra» queda por debajo de otros de la banda. Y esto sucede de forma amarga porque es innegable la presencia de buenas canciones que seleccionadas y correctamente mezcladas estoy seguro de que ofrecerían una escucha superior a «Haria», sin ir más lejos.

 

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1 de enero de 2014