/Reseñas///

Bat For Lashes – Two Suns

Bat For Lashes - Two Suns portada
Parlophone/Astralwerks, 2009
Productor: David Kosten & Natasha Khan
Banda: Natasha Khan, David Kosten, Yeasayer (banda)

Géneros: , ,

8.6

Two Suns es el segundo trabajo de Bat For Lashes, el seudónimo musical de la artista anglo-pakistaní Natasha Khan, tras su estimulante debut de hace unos años Fur and Gold. Si aquel álbum ya atrajo cierta atracción mediática gracias a sencillos como What’s a Girl to Do? y a sus nominaciones a los Mercury Prize y Brit Awards, esta nueva colección de canciones debería encumbrarla por fin como uno de los nombres a seguir dentro del pop independiente actual debido a su apabullante calidad y a una cierta originalidad que suponen un soplo de aire fresco, incluso dentro de las escenas indies y alternativas, en constante evolución y en busca de nuevos sonidos.

La música de Khan, tal como ocurre con multitud de artistas hoy en día, bebe de y refleja múltiples influencias y estilos. Si bien todo queda más o menos encuadrado al final dentro de uno de los grandes cajones de sastre, el del pop, para llegar a él Natasha se nutre de ritmos orientales, folk anglosajón, trip-hop y música ambiental… y, como parece ser inevitable, coge como referentes a algunas de las grandes divas alternativas de las últimas décadas: Björk, Tori Amos y, sobre todo y al menos a mis oídos, una de las grandes maestras de gran parte de ellas como es Kate Bush.

Con estos precedentes, no es difícil discernir que el sonido creado por Bat For Lashes es sugestívamente misterioso, asilvestrado, femenino y sensual. La inglesa, según ella misma, nos canta varias fábulas modernas sobre el concepto de dualidad, desde niveles muy íntimos hasta cuasi metafísicos. Esto queda muy bien implantado en el disco; once joyas, once células o universos movidos por el ying y el yang a ritmo de pop inquieto, experimental y muy evocador: la misteriosa persecución por el bosque de Glass; el folk cibernético del espacio de Sleep Alone; la canción de cuna para hadas a la luz de la Luna en Moon and Moon; el hit que es esa suerte de synth-pop fantasmagórico llamado Daniel; la comunión con la mente universal de Peace of Mind; el catártico homenaje a Bush que es Siren Song; esa revisitación a la new wave bajo un filtro mágico denominada Pearl’s Dream; el recuerdo de bailes de salón pretéritos en Good Love; la danza india en honor a la(s) Tierra(s) de Two Planets; la reflexión de la que llega al final del viaje en Travelling Woman; y finalmente el encuentro con otro mago, Scott Walker, en el epílogo, Big Sleep.

Un crisol de emociones y sentimientos que finalmente parecen abogar por la esperanza y la confianza en el amor y el ser humano. Quizá pueda sonar un poco new age, pero pocos discos en la actualidad te dejan con una sensación de calma y serenidad como estos Dos Soles que orbitan ensartados en una misma elipse. Todo un acierto por parte de Natasha, tanto que desde hace unos meses es ya firme candidata a lo mejor del año por mi parte.

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1 de enero de 2009