/Reseñas///

Baroness – Blue Record

Baroness - Blue Record portada
Relapse, 2009
Productor: John Congleton
Banda: John Dyer Baizley, Allen Blickle, Pete Adams, Summer Welch

Géneros: , ,

8.6

Muchas esperanzas se habían puesto en Baroness, la mayoría un tanto extrañas. Decenas de publicaciones y webzines de corte eminentemente «indie» en la expresión más esnob del término señalaron en 2007 The Red Album, primer largo de la banda, como uno de los mejores discos de aquella hornada. De algún modo, el rock progresivo de altibajos de estos músicos de Savannah Georgia, hipnotizó a sesudos melómanos de todo el mundo. Pero para cualquiera que hubiera escuchado sus EPs y asistido a sus directos resultaba obvio que Baroness no iba a entrar en ese círculo, o que al menos no iba a buscarlo, porque pese a todo su deje progresivo, son una banda de hard-rock y aunque sea tópico, unos rednecks no pueden dejar de serlo. Para bien.

El disco se abre con la melancólica aunque heavy intro de «Bullhead’s Psalm» que desemboca en «The Sweetest Curse» y la maquinaria del riff bruto se pone en marcha. La voz de John Baizley entra en juego en su conocido timbre agresivo y rasgado pero melódico como un león cantando. Observamos como la estampida progresa hasta llegar a un estribillo de sublimes melodías. Un aspecto que distingue a Baroness y del que pueden estar orgullosos es de saber hacer mejores melodías que tantísimos grupos de pop, cualidad que comparten con sus colegas de Torche. Hablamos tanto de conseguir que las guitarras derrochen optimismo como de que la voz sea capaz de crear pequeñas épicas coreables dentro de canciones mucho más complejas.

El viaje teñido de azul de la baronesa continúa con las cabriolas progresivas de «Jake Leg» y pronto se adentra en las pantanosas aguas de «Steel that Sleeps the Eye», balada acústico-atmosférica entre Alice In Chains y Simon & Garfunkel que a su vez se adentra perfectamente en la divertida y fresca «Swollen and Halo», que rompe con la seriedad sesuda que destilaba su disco rojo, especialmente a nivel rítmico y curiosamente destaca por una producción bastante descuidada en el aspecto vocal.

Pese a que dos minutos y medio serían una canción estándar para muchos grupos, «Ogaeechee Hymnal» es un interludio/enlace instrumental con importante regusto metalero clásico y que anticipa seguramente el mayor tema del disco, «A Horse Called Golgotha». Combina a la perfección el carrusel instrumental de la banda con riffs gigantescos, épico estribillo y zonas aireadas. Un himno perfecto de esos que da rienda suelta a nuestro moderno corazón vikingo.
Y a partir de aquí sólo queda rematar la faena primero con la estampida instrumental recitada de «O’er Hell and Hide» y después con la más «mastodóntica» y beligerante «War, Wisdom and Rhyme» (la verdad es que sus títulos son cada vez más heavies). Y es que es cierto que dentro del contexto del rock-metal contemporáneo, Baroness suena bastante similar a sus paisanos Mastodon pero a poco que se profundice el nexo se desmonta. La rudeza y el deje progresivo pueden mantenerse, pero Baroness nunca ha buscado el caos de los primeros Mastodon ni parecen estar dispuestos a sacrificar la dulzura melódica por la acidez psicodelica de «Crack the Skye».

Otras de las agradables sorpresas que la banda nos ofrece dentro de su peculiar heavy-folk es «Blackpowder Orchard», efímera y grata fusión de un gran riff acústico con otro eléctrico, una atmósfera deudora de Led Zeppelin que continúan explorando en «The Gnashing» que estalla en un tema que derrocha optimismo como la canción más primaveral que hayan firmado Pelican y finalmente con la voz remata el toque de despedida triunfante que aprecen querer transmitir. Y lo hacen bien, dejándonos aún con la despedida de «Bullhead’s Lament», cerrando el círculo y dando al conjunto la coartada progresiva adecuada.

Estén o no de moda, conservan el toque y yo firmaría por un, digamos, Green Disc, así de bueno. La tremenda portada obra del propio cantante y guitarrista, no sólo enriquece el conjunto una vez más, sino que apunta maneras de superación a nivel artístico.

Contenido relacionado

1 de enero de 2009