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Alt-J – An Awesome Wave

Alt-J - An Awesome Wave portada
Infectious Music, Canvasback Music, 2012
Productor: Charlie Andrew
Banda: Joe Newman, Gwil Sainsbury, Thom Green, Gus Unger-Hamilton

Géneros: , , , , , ,

7.8

¿Guilty pleasure o una de las propuestas más frescas de la temporada? Resulta dificil de decir cuando tras un bautizo así de insustancial (Alt-J es el comando para sacar el triángulo en un Mac) se esconde un arroyo de sonidos de pop, soul o electrónica, con los juegos vocales como elemento diferenciador, punto tanto fuerte como potencialmente irritante. Puede ser también que servidor tenga cierta aversión al fenómeno «blanco con voz de negro» y que un chavalito de Leeds utilice ese timbre no me parece del todo natural.

Lo que tenemos al margen de estas pequeñas trabas es un disco no sabemos si conceptual pero a buen seguro que de estructura muy pensada, con muchas intros bordeando las canciones. Pero de una forma muy elegante, alternando juegos electrónicos con otros puramente vocales y finalmente juntándolos en forma de singles. «Elegante» va a ser un adjetivo inevitable a la hora de hablar de «An Awesome Wave» y de singles está repleto, entre otros interludios como los protagonizados por piano o guitarra.

Y la clave es que consiguen una ola sólida, con sus expresos altibajos. En nuestra cabeza se grabarán a fuego picos como los de «Breezeblocks», el número más abiertamente comercial. Es fácil cargar las tintas contra él y tacharlo de facilón al escucharlo, pero una curiosa disección nos lleva a ver como, pese a que podemos decir que el 30% del tema es estribillo, la cuestión es que todo se aglutina en el bloque final. Pocas veces vemos a un grupo colarnos un single tan pegadizo desafiando tanto los patrones clásicos del pop.

No todo va a tener ese caracter tan insistente y adhesivo, otro punto clave es la sutil y ondulante «Something Good» que te acaricia con su estribillo y psicodélica instrumentación un poco en la onda de Radiohead. Pero todo lo que tienen los de Oxford de fríos y tremendos, en Alt-J es buenas vibraciones y sensualidad. Con «Dissolve Me» desatan su vena más electrónica y la combinan con esa suavidad suya y se acercan al menos conceptualmente a los parámetros de Bon Iver. Y además iremos descubriendo como a menudo resultan mucho más adictivos los coros que la propia voz principal. Otro acercamiento a la electrónica pero más atmosférico es el de «Fitzpleasure», fantástico climax dramático del disco.

No podemos hablar tan bien de todas las canciones. Por ejemplo «Matilda» acaba haciéndose algo repetitiva y «Bloodflood» juega demasiado con la atmósfera sin memorables melodías hasta la superposición coral de su final. La mezcla de world music con orquestaciones de «Taro» por su parte muestra esa parte pretenciosa de la banda que deberían medir un poco más para no resultar cargantes. En cualquier caso, todas cuentan con su riesgo, sus buenas propiedades y en definitiva ayudan a conformar un disco muy sugerente, quizá condenado al amor/odio pero rebosante de imaginación.

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1 de enero de 2012