/Crónicas///

TurboRock – Sarón (Cantabria) (25/09/2010)

9.0
Mercado de Sarón, 3/4 de sala
Precio: 75 (abono) / 40 el día

Efectivamente el segundo día hubo de nuevo incidencias con el transporte. El anunciado autobús de las 18:30 para subir no llegó y hubo que esperar la friolera de una hora y media para coger el siguiente de línea. Si no se puede garantizar el servicio de lanzadera, ¿para qué anunciarlo y dejar que la gente se confíe? Esto nos hizo nuevamente perdernos más de lo deseado.

Afortunadamente llegamos a ver completa la actuación de JC Brooks & The Uptown Sound, que fue una de las actuaciones ganadoras de esta y ambas jornadas. Sonidos humeantes y sudorosos de la mano de este heredero de James Brown, Otis Reading y tantos otros grandes de la música negra que dejó en evidencia a gran parte del rock n roll actual desprovisto de alma. Y es que el soul es el motor de su rock n roll al que trompeta y saxofón dan alas, una mezcla estilística lo mismo arolladora que festiva o tierna, según el momento, pero en todo momento apasionada. Menuda promesa.

Puede que mucha gente aprovechará The Right Ons como momento cena, pero fue un error porque son sin duda una de nuestras nuevas bandas de rock más eficaces. Por lo menos es indudable que te ponen a bailar con su rock de aires funk y soul, aunque ya se sabe lo pureta que es a veces el rock y es probable que pasen años hasta que dejen de ser tomados por una sensación «indie».

A continuación Young Fresh Fellows demostraron que el puesto de segundones de Seattle no les corresponde. Siempre han sido unos de los grandes tapados de aquella escena y es hacer honor a la verdad reconocer que su discografía no destaca como la de otros, pero siguen al pie del cañón y nos demostraron en directo como se puede ganarse a un público en su mayoría no familiar dde tu repertorio a base de simpatía, derroche de garaje y power-pop y como no, con trucos infalibles en un marco rockero como versionar a los Sonics. Salieron y el público pidió más y volvieron a salir (cosa rara en el festival). De no ser porque los tiempos estaban ya medidos, se hubieran quedado a tocar más. Y eso que la gente aguardaba mayoritariamente a ver a la siguiente banda.

Y es que The Soundtrack of Our Lives deberían venirse a vivir al norte. Han triunfado más de una vez en Vitoria en el Azkena Rock, en Bilbao también y en Santander fueron demoledores. Pero si en un caso se puede decir que el público está incluso por encima de la entrega de la banda, ese fue el del TurboRock. Como decimos, los suecos salían con la partida ganada. Así que jugando bien cartas como «Surround Sister», «Nevermore» o «Second Life Replay», la cosa debía de adquirir proporciones épicas. Y vaya si lo hizo, envolviéndonos a todos con su psicodelia de alto voltaje, con el carisma del simpar Ebbott y las poses de sus guitarristas. Hay veces que uno piensa que es desorbitado el seguimiento de la banda pero es impepinable el hecho de que juegan en otra liga.

Y finalmente llegaría Mudhoney. Los de Seattle llegaban dispuestos a hacer lo suyo sin concesiones y tal vez se pasaron, ya que la conexión con el público no fue del todo buena, especialmente después de lo vivido con los suecos. Siguen demostrando carisma, con un Mark Arm soberbio especialmente cuando liberado de la guitarra se lanza a hacer de Iggy Pop más comedido, con un Steve Turner llenando el ambiente de ruido y con una base rítmica que retumba los cimientos del lugar. De la falta de conexión hay culpas por ambos lados; un público incapaz de recibir con el candor que se merecen temas tan míticos como «Let It Slide», «Suck Your Dry», «FDK» o «Good Enough», por un lado. Ridículo el momento en que todo el mundo enloquece ante los primeros compases de «Touch Me I’m Sick», la carrera de la banda no se merece que les traten como one hit wonders.

Por otro, la banda pareció empeñada en tocar temas de su último disco olvidando otros como «Since We’ve Become Translucent» o «Under a Billion Suns». Y es que tocar «I’m Now», «The Lucky Ones», «The Open Mind» o «Tales of Terror» y olvidarse de un «It Is Us» o «Where The Flavour Is» no parece de recibo. Y menos aún irse sin ninguna de sus clásicas versiones, especialmente la que es un clásico de la banda por derecho propio, «Hate The Police». A veces el ser muy seguidor de una banda te hace ver cada pequeño detalle como un abismo. Mudhoney dio un muy buen concierto, con muchos clásicos como los citados o «In N’ Out of Grace» o «Sweet Young Baby Ain’t Sweet No More», pero le faltó un extra de chispa, de melodía y de incitar al público, tal vez Mark Arm tenía un día demasiado grunge.

 

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25 de septiembre de 2010