/Crónicas///

Standstill – Bilbao (02/03/2012)

Piti Elvira, Ricky Falkner, Ricky Lavado, Enric Montefusco
7.7
Kafe Antzokia, Lleno
Precio: Dec-15

SETLIST (orden provisional)

Todos De Pie

El Resplandor

El Porqué De Hablar Solo

La Mirada De Los Mil Metros

Cuando Ella Toca El Piano

Adelante, Bonaparte (II)

Moriréis Todos los Jóvenes/Hombre Araña

Hay que parar

Poema Nº 3

¿Por Qué Me Llamas A Estas Horas?

1,2,3 sol

Feliz En Tu Día

Cuando

BIS1:
Adelante, Bonaparte (I)

BIS2:
La Mirada de los Mil Metros (reprise)

Segundo paso de Standstill por Bilbao dentro de una gira de presentación que les ha durado año y medio largo. Los barceloneses, consagrados como pocos, llevan siendo capaces de llenar salas como el Kafe Antzokia ya desde la edición de «Vivalaguerra». El apoteósico concierto de presentación de aquel disco, en el mismo marco, nos servirá de referencia para hablar de esta última visita a la capital bizkaina. Unos 15 minutos pasada la hora anunciada salía la banda. Sin teloneros, el concierto prometía ser una fiesta dedicada al grupo y a sus fans, tal vez por ello podíamos haber pensado en un show especial o con un setlist que diera alguna sorpresa. Lo primero diría que si, lo segundo también aunque no del todo agradable.

Lo primero, desmontar, cuando la gira está a punto de terminar, mitos sobre los últimos Standstill. Puede que Enric Montefusco haya tomado cada vez más las riendas de la banda, haciendo de este último disco casi un concepto totalmente intimista y personal. Pero en directo se muestran como una banda muy sólida y versatil, acoplándose a las necesidades de cada canción (con Piti por ejemplo dándole a la perscusión cuando sobra eléctrica). La formación de la banda fue en casi todo el concierto la del cuarteto, más su habitual refuerzo a los teclados y efectos. El sonido fue bueno, la entrega y hacer de los músicos impecable y el setlist, recogiendo en general los mejores momentos de «Adelante Bonaparte», los de «Vivalaguerra» y rescatando más puntualmente «Standstill».

Comenzaron como su última referencia con «Todos de pie (prefacio)» y Enric al piano, pero no respetaron más el orden y lo que si hicieron fue dar muestra tras muestra de esos enormes himnos que han escrito desde que se cambiaron de idioma y la dimensión que alcanzan en directo. «El Resplandor» o «Cuando Ella Toca el Piano» fueron buenos ejemplos, pero se quedaron en poco ante el drama bailable de «Todos los Jóvenes», remezclado con los samples de «Hombre Araña» o la versión más «acústica» de «Adelante Bonaparte II». De su nuevo cancionero nos faltó alguna y nos sobró tan sólo «Hay que Parar», tal vez el único tema que no cuajó de la noche.

Entre ellos intercalaron números ganadores como «La Mirada de los Mil Metros», «Por qué me llamas a estas horas?» o «La Risa Funesta», canciones que en general mantienen un grado de emoción superior en directo. Y, aunque el escalofrío ya no llegue al nivel que alcanzaron en su día, ver al público gritar «Estaría muy bien» o «No te importa oír mi voz voz voz» continúan siendo algunos de los mejores momentos que un concierto de indie nacional nos ha dado nunca. Antes de asaltar la magia de «1, 2, 3 Sol» Enric comentó que estaban tocando muy rápido y ya iban terminando, ante silbidos y abucheos a tal afirmación. Era uno de esos momentos en que, anotando mentalmente lo tocado sabías que no era un farol. Pero también sabías que la gente no estaría dispuesta a irse. Cayeron las últimas y esperadas referencias a su homónimo, «Feliz en tu día» y «Cuando» (antes había sonado la carismática «Poema Nº3») y la banda abandonó el escenario.

Y si, iban a hacer un bis… pero claro, cuando planteas el bis con una sóla canción, máxime cuando es la versión arreglada de una que ya ha salido antes («Adelante Bonaparte I»), pues es llegar, encender aún más los ánimos del público y dejar con la miel en los labios. Como de allí no se movía nadie, la banda salió a explicar que no tenían más ensayado así que sería probablemente la primera vez en su historia que repetirían una canción en su repertorio. Tras ciertos jugueteos con la audiencia para ver qué canción se pedía, optaron por repetir «La Mirada de los Mil Metros» con mayor énfasis si cabe, aunque no dejaba de parecer un poco de broma aquello. Rara sensación final.

No es cuestión de censurar esta conducta pues al fin y al cabo se arriesgaron saliendo a tocar más cuando podían haber puesto la música y cortar. Pero con la carrera que llevan esto sólo pudo ser un error de cálculo fatal. Ni siquiera necesitábamos que tocasen un «Two Minutes Song» o un «Always Late», dejándose temas más recientes de primer nivel como «Yo soy el presidente de la escalera», «La Familia Inventada» o «G.M.», entre muchas otras. Nos negamos a aceptar que una formación con semejante conjunto de canciones en su haber se limite a ir a piñón fijo con el repertorio. Un colchón de 2-3 canciones mínimo que variar entre las diferentes fechas es imprescindible para afrontar bises, en este caso, no tan imprevistos. Que muy buenos conciertos desluzcan por detalles así, es una pena y en todo caso, siguen siendo un punto y aparte en la escena.

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2 de marzo de 2012