/Crónicas///

SETLIST SUNNY DAY REAL ESTATE
Friday
In Circles
Seven
Song About An Angel
48
Guitar and Video Games
Theo B
The Ocean
Iscarabaid
J’Nuh

Parecía mentira pero nos había llegado el tercer día del festival y aunque habíamos presenciado grandes actuaciones, muchas memorables y algunas casi históricas aún nos quedaban grandes atractivos como la electrónica de banda ruidista de Health, el surf-pop de Real Estate, a Michael Rother dando vida al repertorio de Neu! junto a Steve Shelley o a The Drums interpretando la canción indiedel verano. Sin olvidarnos claro, del esperadísimo regreso de Sunny Day Real Estate.

PRIMAVERA AL PARC
Así que algunos cogimos fuerzas y nos quitamos las legañas para ir temprano al Parc Miró, escenario privilegiado en el que propios y extraños al festival pueden disfrutar de conciertos matutinos hasta que la programación del Fòrum echa a andar. Para muchos es además un escenario en el que disfrutar con grupos poco conocidos en un ambiente muy cómodo, pese a que se acusó también la masificación creciente del festival. Allí nos esperaban primero The Big Head Troubled Boy proyecto musical entre Londres y Barcelona de folk-pop muy fino con influencias de jazz y contrabajo. Bonita propuesta para desperezarnos de la resaca festivalera. Luego llegaron Thelematicos, que con su pop lo-fi en castellano con letras entre lo surrealista y lo insustancial se situaban entre lo entretenido y lo estridente.

Circulatory System rompieron la tónica. La banda, ligada al colectivo Elephant 6, desplegó su animado pop-rock psicodélico con presencia de violín, que agradó bastante. Combinó temas viejos y nuevos y es que la banda cuenta casi con una década de actividad, no son ningunos recién llegados a la moda del folk-pop psicodélico. Claramente era el cante, guitarrista y compositor Will Cullen Hart quién llevaba la batuta con su desvencijada guitarra y su peculiar sombrero. Aunque su recuerdo quedó tan sólo en una estela agradable ante el torbellino de The Oh Sees. Damos las gracias al parque por poder disfrutar de su realmente eléctrica visión de la psicodelia, el surf, el garaje y en definitiva, el rock n roll. A pleno sol y con el parque hasta los topes, dieron un concierto intenso y sudoroso donde la figura que destacaba era la de su cantante, guitarrista y artífice John Dwyer, culo inquieto del género. Terminaron derrochando electricidad hipnótica e invocando a los patrones repetitivos pero vibrantes de los que tanto gustan. A falta de ver a Ganglians, ya que hasta que no inventen una lanzadera mágica del Miró al Fòrum no puede uno llegar a todo, auténticos triunfadores tanto del parque como del festival.

(Raúl)

BIGOTT

Tras llegar al Fòrum hicimos un intento por disfrutar de la chaladura audiovisual de Animal Collective, pero aquello no nos pareció para esa hora ni para ese estado mental, así que salimos a ver a Bigott al Vice. Su exitoso paso por Primavera Club 2010 a idéntico horario supuso que su nombre se afianzara aun más en el entorno del festival, cosa que con el reciente «This is the Beginning of a Beautiful Friendship» remata del todo. Bigott es único en escena y eso se nota. Se sienta, se ríe, pone caras, se mofa de todos, se quita la camisa y para finalizar se lleva la mano a la entrepierna, mientras su banda formada por gente de Leda Tres o Paco Loco entre otros se dedica a lo suyo. Bigott es un genio escénico, lo sabe y se crece, así que para finalizar con estas clases de cómo hacer del folk un show se propuso dar cabida al «Dancin’ In The Dark» de Bruce Springsteen en clave propia.
(Ricardo)
REAL ESTATE
Después la cita era obligada con Real Estate. Paladines de la sencillez, sus singles y EPs, luego recopilados en largo demostraron el pasado año que menos es más. Pop psicodélico instrumental que consigue evocar estados de ánimo entre la melancolía y la alegría veraniega más desbordante. Por eso, nos fuimos, con nuestro helado Drácula que repartían en la campaña «Barcelona tiene Sangre» a sentirnos como unos niños en verano. No defraudaron un ápice si bien lo suyo pedía un concierto más cercano que el que la altura del escenario de Pitchfork ofrecía. Los miembros de la banda, mención especial al simpático bajista, sonrientes y contentos, acordes a su música, seguro que se encontraron también más a gusto el día siguiente en el Parc Miró, tenemos noticias de que así fue. Pero la cosa fluyó tremendamente bien, sonaron bien en un dificil escenario y a medio camino despacharon la emblemática y creciente «Suburban Beverage», para seguir arrastrando temas entre lo luminoso y la bruma y guardándose para el final el toque surf de las imprescindibles «Fake Blues» y «Beach Comber» con las que nos hicieron a todos bailar suavemente.

MICHAEL ROTHER & FRIENDS PERFORMING NEU!
Uno de los cambios de tercio más brutales vividos en este Primavera Sound fue pasar al escenario ATP a ver a Michael Rother poner en marcha la maquinaria de Neu! con el ilustre Steve Shelley de Sonic Youth y Aaron Mullan de Tall Firs. Vimos sobre el escenario a una banda más amable y sonriente de lo que la música parecía indicar. Es obvio que Rother disfrutaba viendo como el ATP se llenaba a esas horas para una propuesta tan poco asimilable como la suya y que Shelley gozaba de lo lindo dándole a los machacones ritmos de la que sin duda es una de las grandes influencias de sus también influyentes Sonic Youth. Entre continuas ráfagas de humo, el trío derrochó electricidad y ritmos monotonos que inducían al trance psicodélico. Sorprendentemente no sufrimos de excesivo ruido ni de volumen brutal ni siquiera en las primeras filas, lo cual es de agradecer. Despacharon unos cuatro temas que se prolongaron hasta el infinito sin por ello dar signo de agotamiento en el oyente. Y a nosotros nos quedó la sensación de haber presenciado una actuación de la que seguramente no podamos volver a ser testigos. ¿Hubiera sido mejor de noche? Puede ser, pero viendo como se ponen los solapes a altas horas, el horario, pese a torrarnos la mejilla derecha, no estuvo errado.

NANA GRIZOL
Un poco con la resaca del noise, disfrutamos un rato de los Nana Grizol. El nombre es desconocido por la mayoría, pero cuando en su carta de presentación viene que hay miembros de una de las mayores leyendas del indie más reciente, los indie-folkers Neutral Milk Hotel, ya es necesario prestar más atención. Lo cierto es que su propuesta no difiere mucho, pop con aires de indie y de folk, guitarras eléctricas, flauta y trompetas para darle ese toque exótico y fronterizo. Bastante divertidos y una propuesta esta vez si, amena para cuando aún tenemos rayos de sol en el ambiente.

THE SLITS
En la siguiente diatriba, opté por visitar a The Slits. Tenía entendido que era la típica banda que había cambiado mucho desde sus primeras encarnaciones hasta el presente y pude comprobar como su frontwoman llevaba todo el peso del concierto. Pese a conservar la actitud punk en este caso llevado al extremo del feminismo sexualmente reivindicativo (si podemos reducir eso a despojarse de ropa, sacar culo y tocarse los bajos), lo suyo se acercaba más a la fusión con el reggae, dancehall y otras músicas de corte jamaicano. Jamaica fue de hecho ampliamente reivindicada por su cantante tanto en su atuendo como en sus speeches. Concierto entre divertido y gañán, despojado de toda pretensión artística que a veces nos llevó a plantearnos si se habían colado en el cartel del Primavera Sound. Divertidas, aunque un tanto verbeneras.

(Raúl)
FLORENCE + THE MACHINE
Recuerdo cómo en la rueda de prensa la gente de la organización habló de Florence + The Machine como una confirmación mainstream de la que aparentemente no se sentían demasiado orgullosos, pero su paso por el festival los quita razón. Es cierto que tiene demasiado camino que recorrer, sobre todo a la hora de poder conseguir un cancionero a la altura de ese hit que es «Dog Days Are Over», pero su concierto fue mucho más que digno. Desde nuestra posición el sonido no fue de lo mejor, pero pudimos comprobar como su presencia escénica y ganas convencieron a los seguidores británicos de las primeras filas y a los que pasamos por allí con curiosidad. Es un auténtico torbellino Florence, a pesar de tener cierta tendencia al gorgorito gratuito, nos convenció en la mitad de concierto que la pudimos ver con los inicios de  «Howl» o con la actitud abrumadora de «Drumming Song». Hay que tenerla en cuenta.
(Ricardo)

 

POLVO
Polvo se merecían una nueva visita al ATP, que si nos ponemos a contar puede ser fácilmente mi escenario favorito en cuanto a los grupos que programa. Y no sabemos si su amigo Albini les ayudaría con el sonido pero vaya si sonaron matadores. Tan sólo eché en falta algo más de volumen de voz para realzar sus partes melódicas, pero el suyo es un complicado equilibrio. Fue genuinamente uno de los conciertos que más cortos se me hizo de todo el fin de semana, alternando temas del magnífico «In Prism» con clásicos del nivel de «Fast Canoe»«Bombs that fall from your eyes» o «Feather of Forgiveness». A nivel instrumental demostraron que su math-rock está más que engrasado y sincronizado, pero eso no les impide sonar apasionados y viscerales. Y eso que la oscuridad que reinaba en el escenario nos ponía dificil seguir sus filigranas. Siendo como son sus temas de una duración dilatada, vaya si se echó en falta que tocaran más. Que vuelvan ya, de la mano de sus colegas de Shellac y sus paisanos de Superchunk.

(Raúl)

 


THE DRUMS
En el polo opuesto a Polvo estaban The Drums defendiéndose como el hype mas absoluto del momento. A estos cuatro chicos neoyorquino les gusta sobreactuar, les gusta ir al grano y ponernos a bailar, con lo cual es de esperar que consigan tantos amores como odios. En realidad su concierto fue bastante incontestable y sobre todo muy divertido. Mientras su batería aporta una contundencia algo exagerada, los otros tres miembros no pararon de aportar unos movimientos algo esquizofrénicos entre los que se incluye la comicidad de la pandereta en «Best Friend», el momento de tocar con la guitarra al revés de «Submarine» entremezclados con verdaderos ejemplos de que la banda parece algo muy sólido en vivo: «Make You Mine» en clave ruidosa, la melodiosa «Don’t Be A Jerk Johhny», temas nuevos mas elaborados como «Forever And Ever Amen» para quedarnos inevitablemente con cómo vivió su cantante y el resto del público el inevitable «I Wanna Go Surfing». Esperemos que vuelvan, pero a sala y con algo menos pregrabado.

GRIZZLY BEAR
A tiempo llegamos de ver el final de Grizzly Bear, con una muchedumbre bastante importante a pesar de que la coincidencia con The Drums o Polvo les debió hacer daño. Su concierto es ante todo elegante y cuidado, a veces incluso demasiado. Algo inofensivo en cuanto a la actitud, pero al mismo tiempo excelente en la ejecución y aspecto visual (se colocaron los cuatro en línea, sin nadie delante ni detrás), el concierto de los también neoyorquinos se debió colar entre uno de los mas bellos y sutiles, al menos en el triplete final de «While You Wait for the Others», «On a Neck, on a Spit» y «Fix It «. Se quitaron la espinita del año que tocaron en el ATP y aunque tenemos mucho que agradecer a Primavera Sound por traerles, hay que exigir que vengan a un sitio íntimo para poder cuadrar del todo sus atmósferas.

(Ricardo)

BUILT TO SPILL
El Primavera no es un festival para Doug Martsch. Si la leyenda cuenta que en 2007 Built To Spill sufrieron un terrible sonido en el Primavera, esta vez al barbudo frontman se le vio demasiado preocupado porque todo estuviera perfecto. A cada canción pedía que le bajaran esto y le subieran aquello, pero realmente lo único que estaba arruinando el concierto al público era él y sus parones. Así que conexión cero y sólo nos quedaron grandes temas que disfrutar como «Big Dipper» o «Carry the Zero». Habiendo visto a la banda torear en mejores plazas e interpretando un «Perfect From Now On» del que por cierto no se tocaron ni una, me fui a coger sitio para Sunny Day Real Estate y descubrir que, ante lo desolado del Ray Ban minutos antes del comienzo, no era para nada necesario.

(Raúl)

 

NO AGE
Con No Age en el escenario Pitchfork se produjo poco mas o menos lo mismo que vimos con Japandroids en idéntico escenario, pero con problemas evidentes de sonido. Estos tres fieras no tuvieron piedad alguna con la gente y repasaron su salvaje cancionero con idéntico resultado debajo. Parece que la gente que estaba allí no tenía ganas de dormirse viendo a Built To Spill y por ello eligieron hacer el cafre con No Age. Son muy buenos en lo que hacen.

(Ricardo)

SUNNY DAY REAL ESTATE: UN PASAJE A LOS 90
En mitad del concierto tuve que abandonar para aprovechar a acudir al escenario Ray Ban cuanto antes. Por circunstancias que no vienen al caso se pudo observar los dos primeros temas del concierto de Sunny Day Real Estate a pie de escenario. Desde ahí parece que a pesar de esa atmósfera de gran cita que pululaba en el regreso de los de Seattle, el ambiente era mas bien calmado y estático, lejos de lo que ocurrió con el concierto de Superchunk. Y eso que comenzaron yendo a por todas desde los primeros golpes de baqueta del soberbio William Goldsmith, con «Friday». Así, nada más y nada menos siguieron con dos de sus hits más importantes a lo largo de los años. Primero con «In Circles» corrieron lagrimas y abrazos entre los fans de la banda allá por los 90, pero con «Seven» la cosa continúo.

Es indudable que la forma que demostraron Jeremy y sus chicos fue incontestable. Muy compactos, como si ni hubieran llegado a existir The Fire Theft siquiera, especialmente con las ganas de Dan Oerner, agradeciendo después de cada tema a la gente. Teniendo luego «48», un soberbio «Guitar and Video Games» como única visita a «How It Feels To Be Something On» y una pasional «The Ocean» que fue lo mismo respecto de «The Rising Tide». En realidad, el repertorio fue lo mas acusado de un concierto que pudo haber sido glorioso, ya que a la hora de concierto se despidieron tras el habitual «J’Nuh». No hubo «8», ni «Pillars», ni su tema nuevo, ni nada de su última época, pero fue un concierto mágico a pesar de todo.

(Ricardo)


ULTIMOS COLETAZOS: LEE PERRY, BEN FROST Y HEALTH
Para oxigenarse nos topamos con el gran Lee «Scratch» Perry encima del Pitchfork, a golpe de reagge y dub, como si nada. El hombre tiene edad para estar jugando al dominó en el hogar del jubilado, pero en realidad semejante crack se pegó un buen concierto con banda y no uno haciendo de Dj. Sorprendente, en una hora muy bien elegida, pero al mismo tiempo algo monótono y aburrido. Excelente momento para moverse a ver que hacía Ben Frost encima del ATP, esperando que el grado de experimentación no nos sobrepasara. Evidentemente, nos equivocamos, puesto que el australiano afincado en Islandia no tuvo medida alguna y se dedicó a arrollar oídos de pleno noise, olvidándose de su previa visita a España con el Whale Watching Tour. Igual en otro momento o circunstancia habría podido ser algo interesante, pero para ir cerrando un festival como este Primavera Sound, más bien no.

Al menos elegimos bien HEALTH para la clausura de actuaciones del festival. El retraso que acusaron fue un problema importante a la hora de conservar público, ya que las horas eran las de ir abandonando al hotel más que las de torturarse los oídos con ruido bailable. Ellos salieron y sólo con su entrega nos convencieron. Agresividad fue lo que les faltó en su paso por Primavera Club, pues aquí lo consiguieron hasta la extenuación con una fuerza que despertó a todos (la mitad de Grizzly Bear viendólo a nuestro lado). Acusan que su propuesta rompedora va perdiendo peso según avanza el minutaje, pero parece que los temas nuevos van en una línea más cercana a las canciones. Algo mucho más «Die Slow» y menos ruido puro y duro. Creo que fue un cierre muy digno del escenario Vice.

(Ricardo)

FIN DE FIESTA CON DJ COCO
El fin de fiesta llegó a cargo de la habitual sesión de DJ Coco, con invasión de escenario incluida. Lo de los sombreros mexicanos no lo acabamos de entender, pero le dio un toque vistoso a lo que por otro lado no es más que uno de los organizadores del festival pinchando temazos inmortales de pop y del rock con un espíritu bastante lúdico. Así es normal que entre canciones adoradas en el mundo indie de Pulp, Strokes o The Cure se dejaran caer nombres que parece improbable que pasen por el festival como Bad Religion o Nofx e incluso cosas más modernas como Gaslight Anthem o The Baseballs. En todo caso, sesión variada y al gusto de cualquier paladar «alternativo» que se precie y una agradable fiesta para acabar tres días de agotador festival. Y eso que el festival coleaba aún al día siguiente con cosas tan interesantes como King Khan y Real Estate en el parque o la fiesta de despedida con los Black Lips, pero los no residentes en la Ciudad Condal nos tuvimos que plantar aquí.

(Raúl)

 

 

 

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29 de mayo de 2010