/Crónicas///

EXPLOSIONS IN THE SKY:

Wilderness

The Birth and Death of the Day

The Ecstatics

Catastrophe and the Cure

Colors in Space

Your Hand in Mine

Disintegration Anxiety

The Only Moment We Were Alone

 

TAME IMPALA:

Nangs

Let It Happen

Mind Mischief

Why Won’t They Talk to Me?

It Is Not Meant to Be

The Moment

Elephant

Yes I’m Changing

The Less I Know the Better

Daffodils (Mark Ronson cover)

Eventually

Apocalypse Dreams

Feels Like We Only Go Backwards

New Person, Same Old Mistakes

 

LCD SOUNDSYSTEM:

Us v Them

Daft Punk Is Playing at My House

I Can Change

Get Innocuous!

You Wanted a Hit

Tribulations

Movement

Yeah

Someone Great

Losing My Edge

Home

New York, I Love You But You’re Bringing Me Down

Dance Yrself Clean

All My Friends

Cubrir (bien) a estas alturas un Primavera Sound es algo que requiere esfuerzo y voluntad. La pasión por la música y ver a grupos y artistas que difícilmente podrías ver en otras circunstancias en nuestro país hace que uno resista lo mejor que pueda el comer rápido y mal, dormir poco (y también mal), el sol implacable, unas piernas hechas papilla y otro buen puñado de contratiempos (un saludo a los jefes que nos hicimos las carreritas a las cuatro de la tarde, con el bocadillo aún en el esófago, para pillar tickets del Hidden Stage) que no soportaríamos en otras situaciones.

Repuesto ya, o casi, de esta maratoniana experiencia intentaré relatar mis impresiones y sensaciones sobre todo lo visto y oído a lo largo de tres intensos días en uno de los mejores festivales del mundo.

 

OSCURIDAD BAJO EL SOL

Tras dejar de cualquier manera el equipaje en el apartamento y recoger la acreditación en el stand de prensa sin más dilación, llegué justo a tiempo para inaugurar el festival en el Auditori con la actuación de Alessandro Cortini. El italiano ofreció una oscura y abstracta experiencia, más que concierto, en el que sólo una pequeña luz delataba su presencia para dejar protagonismo a las proyecciones y la música: densos y extraños drones electrónicos que, efectivamente, recuerdan a los parajes más ambientales de los últimos NIN y que demuestran el cierto peso que el artista tuvo en la banda de Reznor. Eso sí, una hora de esta guisa se hizo larga.

Continué, ya dentro del Fórum, con una de las bandas revelación de la temporada pasada, Algiers. El grupo del carismático Franklin James Fisher se dejó literalmente la piel en un show cargado de groove bajo un sol de justicia; uniendo soul, rock y electrónica de una manera que se destila natural de ellos. Cierto es que a veces abusaron de ritmos pregrabados algo gordos, perdiéndose en detalles, pero quizá ejemplifican mejor que nadie lo que es o debería ser el rock en el siglo XXI.

Algiers-Primavera-Sound-2016_EricPamiesMe pasé luego un rato por el escenario Pitchfork para ver a unos Car Seat Headrest, en plena ola de popularidad por sus problemas legales con The Cars. Probablemente por ello el pequeño escenario se hallaba abarrotado para presenciar a estos nuevos adalides de lo lo-fi. Tanto que no nos enteramos que ya habían empezado, y los dejé con su líder rasgando unas cuerdas apenas audibles. Me cambié al poco al escenario homónimo del festival para ver a los Beak> de Geoff Barrow. El inglés se mostró cercano y dicharachero tras la batería, al contrario que con Portishead, aunque su concierto de kraut rock de manual no logró transmitir la misma intensidad que su banda principal.

En el Ray-Ban, Dan Bejar ofreció un elegante concierto de Destroyer centrado, como era de prever, en sus dos últimas obras, «Kaputt» y «Poison Season». Un bolo cimentado únicamente en su delicada música, de exquisita instrumentación, pero de cierto tono huraño ya que incluso su protagonista intentaba escapar de cualquier atención.

 

EVENTUALLY… IT’LL BREAK

Inauguré seguidamente la zona de Llevant, conocida más popularmente como «Mordor», para ver a unos Air que, bajo mi punto de vista, tenían que demostrar que seguían siendo relevantes más de una década después de su último momento de trascendencia con «Talkie Walkie». Dieron un bolo bonito pero excesivamente tranquilo, relamidamente francés, que igual no encajaba demasiado en un ambiente, el de los escenarios principales, donde ya se clamaba fiesta. «Sexy Boy» y «Kelly Watch the Stars» me supieron a gloria con todo el poder de la nostalgia, pero no pude evitar pensar que su momento ya había pasado.

Seguidamente, me di la vuelta para ver a Explosions in the Sky en el enfrentado escenario Heineken. Munaf Rayani repitió la presentación en castellano casi palabra por palabra de su concierto de hace varias ediciones y dio pasó al quizá mejor concierto de rock instrumental del festival. Contundencia y nitidez se dieron de la mano en un bolo en el que, a pesar de que su último disco, el algo irregular «The Wilderness», ocupó la mitad del setlist, volvieron a brillar con luz propia clásicos como «Your Hand in Mine» o el apabullante cierre con «The Only Moment We Were Alone».

tame impala primavera sound 2016Tras descartar, dolorosamente, a John Carpenter, tiré por lo seguro para ver a Tame Impala y su reconversión en grupo de pop con «Currents», su último disco. Y es que pronto quedó claro que la banda de Kevin Parker es ya todo un grupo para las masas: de huraño músico psicodélico en directo, el australiano ha pasado a estrella del pop que se dirige con frecuencia al público y que gusta de abandonar la guitarra más de lo deseable para moverse a su antojo. Aún así, el suyo fue un concierto notable con un claro punto álgido casi al principio con «Let It Happen», una de las canciones definitorias de estos tiempos. Sonido impecable y proyecciones que ayudaron a recrear los ambientes lisérgicos del anterior «Lonerism» y, aunque sufrieron de un parón durante unos diez minutos, acabaron convenciendo a la mayoría.

 

THE TIME HAS COME, THE TIME HAS COME

Giré 180º para presenciar el mejor concierto del festival. Y es que LCD Soundsystem consiguieron la comunión total con su público gracias a una hora y media larga de auténticos himnos de pop electrónico sin parones de intensidad (salvo para la balada «New York I Love You But You’re Bringing Me Down»). Mediante proyecciones minimalistas perfectamente sincronizadas con la música, un muy bien elegido setlist que abarcaba parte de lo mejor de sus tres discos y sus primeros singles, un sonido excelente y una banda tan bien ensamblada que no parecía que hubieran estado un lustro sin tocar juntos, el maestro de ceremonias James Murphy y los suyos desataron la locura con «Tribulations», «Yeah», «Losing My Edge» o el clímax final de «All My Friends» que promovió abrazos y besos entre los presentes ante la estrofa «If I could see all my friends tonight». Su discutible a priori posición como cabezas de cartel quedó totalmente infundada.

LCD-Soundsystem-PrimaveraSound_EricPamiesDe vuelta al Ray-Ban, Battles contemplaban un lleno bastante amplio con la presentación de su aburrido tercer álbum «La Di Da Di». Sonaron compactos y sigue quedando claro que son unos músicos del copón, pero cuando sonó «Atlas», su éxito inicial, con voces ya pregrabadas, el abismo entre los Battles de hace casi una década y los de ahora se mostró bastante profundo.

Terminé de manera bastante hooligan la jornada con todo un descubrimiento en el escenario Adidas. White Reaper es una joven banda que mezcla punk, power-pop y rock de estadio, capaz de crear melodías la mar de pegadizas. El momento bizarro lo puso su ‘teclista’, que se pasó más tiempo dando carreritas y patadas voladoras que dándole a las teclas. Aún así, consiguieron sacarnos energía a unas horas en las que ya no podía con mi alma. Me esperaba un arduo regreso a casa…

 

 

Fotografías: Eric Pamies

 

 

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2 de junio de 2016