/Crónicas///

M. Ward – Sevilla (17/09/2015)

7.5
Teatro Quintero, 3/4 de sala
Precio: 18/22 €

El Teatro Quintero inauguraba nueva temporada pop-rock con un concierto de lujo. Dos grandes de la americana actual, Howe Gelb y M. Ward, volvían a unir fuerzas, guitarras, voces y piano con la única pretensión de pasarlo bien, en un concierto en el que si algo quedó claro fue precisamente el compadreo y la amistad que une a ambos músicos. Una pena que una ocasión tan especial no quedara refrendada por un sold-out de público, llegándose en apariencia a unos tres cuartos de aforo.

Emulando en cierta medida el formato «An Evening with…», Gelb se mostró como todo un maestro de ceremonias ya desde un principio, saliendo con cuaderno de notas a presentar a dos de los secuaces de su banda, también músicos de Tucson, de origen latino y con sendas carreras en solitario, que iban a abrir tocando algunas canciones propias. Su actuación, no anunciada, apenas duró un puñado de temas, lo justo para calentar el ambiente y dibujar sonrisas en el público al entonar el castellano en alguna ocasión.

Inmediatamente después subieron Gelb, Ward y el bajista danés y se dio paso a un recital en el que primaron cierta espontaneidad y naturalidad frente al artificio y la exactitud. La velada transcurrió en bloques comandados por cada uno por separado o por ambos a las voces pero, lamentablemente, desde un principio se notaron carencias en el sonido del teatro, sobre todo en lo relativo a la batería (el siempre temible sonido a ‘lata’) y a menudo en la distorsión. Mucho mejor, sin embargo, sonaron las canciones más tranquilas al piano o a la acústica.

En este tono precisamente transcurrió el segmento más esperado para muchos cuando, después de interpretar toda la banda varios temas de Giant Sand, Matt se quedó en solitario para entregar varias canciones en su faceta acústica; aquella que lo llevó al reconocimiento hace casi ya diez años con el clásico «Post-War». Teléfonos y cámaras en ristre y un Matt agradecido ajeno a la actitud de semi-estrella que se le ha impuesto desde muchos medios, sobre todo desde su unión a Zooey Deschanel en She & Him.

Para el último tercio, Matt se encasquetó el sombrero vaquero de su colega y fueron intercambiándose el puesto al piano; en un frecuente ir y venir de ese instrumento a la guitarra que imprimió al concierto un entrañable aire destartalado. Para el bis final se reservaran una acertada «Are You Ready for the Country?» de Neil Young, que en cierto modo reivindicaba tanto la influencia capital del canadiense en ambos músicos como las intenciones de la velada. Una buena manera de decirle adiós al verano en definitiva, y de saludar al otoño que se adivinaba ya a la vuelta de la esquina.

 

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17 de septiembre de 2015