/Crónicas///

Loma Prieta – Erandio (18/09/2013)

8.5
Sentinel, Unas 40 personas
Precio: 6 €

Llegaba el turno de ver a Loma Prieta en directo, reputadísima banda californiana que ha conseguido notablemente mantenerse en el underground y fiel a sus ideales a la vez que cambiando (a mejor, a peor o simplemente a distinto, según gustos) en cada disco y venía presentando un cuarto disco titulado «IV» de la mano de Deathwish, el sello propiedad de gente de Converge. Por todo este culto, sobre todo entre los más aficionados a géneros como el screamo, el crust o el power violence, pensaba que quizá el Sentinel se quedara algo justo pero de hecho fue perfecto.

Comenzaron Enoch Ardon, bastante más que unos teloneros. Los asturianos fueron una banda puntera del screamo nacional. Digo fueron porque llevaban unos años separados y a raíz de esta gira se han reactivado y esperemos que con visos de continuidad. Como no conozco de su alineación original me aventuro a decir que las labores de batería las ejerció la que creo es la batería de Allfits (banda malagueña acompañante de esta gira en las primeras fechas) que por cierto hizo un impecable papel. Les costó un poco ajustar todo pero finalmente el quinteto se arrancó con un primer tema en el que, por mucho que bramara el cantante, no se le oía por encima del resto de ruido. Simpático descuido, el micro estaba desconectado.

El público estuvo en general parado, sin siquiera amagos de pogo, pero muy respetuoso y atento y ellos tampoco quisieron forzar la interacción más allá de los primeros y lógicos llamamientos a que el público se acercase. No era cuestión de estar apretados en la parte trasera del pequeño piso de arriba del Sentinel local que por cierto con toda su precariedad se agradece que esté siempre disponible para el rock de los más variopintos estilos. Volviendo al concierto en cuestión, fue breve como demanda el estilo y certero, como lo es su discografía, destilando esencia screamo 90s a través de ruido y agresión guitarrera y catárquicos remansos melódicos. Tensión y electricidad pura. Mejoraron en mucho la sensación que dejan en disco y las dudas de si Loma Prieta me iban a gustar más empezaban a aflorar.

Efectivamente, los californianos hacen algo de mucho valor. Tratan de escapar de su nicho y desafiar estructuras, por no hablar de una notable entrega física marcada tanto por su rudeza como por el hecho de que enlazan todas y cada una de las canciones de su show. En el fondo es una cuestión de gustos o quizás de expectativas. Si Enoch Ardon son más vaporosos, ellos son más rotundos, si los asturianos son más hardcore, ellos son más metálicos, más noise y sus juegos instrumentales, más intrincados. La herencia hardcore no se les puede negar, pero aquí entra un juego un aspecto técnico que no suele ser tan usual o al menos, vital, en bandas de corte emocional. Grandes músicos los cuatro, personalmente sólo le pondría pegas a la voz del cantante principal, en ocasiones demasiado aguda y sin matiz gutural o arenoso, con lo cual se me hacía algo cargante.

En cualquier caso fue un recital asfixiante, musicalmente por momentos más cercano de unos The Jesus Lizard que unos Rites of Spring, por decirlo de alguna forma, y que enfocaron a su última obra cayendo algún tema del split con Raein y en el que la melodía brilló por su ausencia salvo en un tema hacia el final de los aproximadamente 30 minutos que tocaron. Lo que me extrañó, siendo el tipo de banda que toca sin hacer parones que el público consiguiera sacarles finalmente un bis de un par de temas. Sin duda fue una inmejorable cita para meterse en el screamo de aquí y de allá.

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18 de septiembre de 2013