/Crónicas///

Kristin Hersh – Barcelona (19/03/2007)

Kristin Hersh, Martin & Kimberlee McCarrick
8.6
La [2], Medio
Precio: 22 €

Wild Vanilla
Dayglo
Nerve Endings
Under The Gun
Gazebo
Dirty
Winter
Ghost
In Shock
Ice
Sugar Baby
Listerine
Thin Man
Bikini

ENCORE
Charms
Teeth
Letter
Hook

No contenta con haber editado sin lugar a objeciones uno de los mejores discos del presente año 2007, Kristin Hersh, más conocida por su labor de frontwoman en los noventeros Throwing Muses, tuvo el detalle de incluir Barcelona como una de las dos fechas españolas de su gira mundial. La prolífica compositora/guitarrista/violinista planeó así su regreso en solitario después de cuatro años sin editar ningún trabajo en solitario.

Los teloneros para la ocasión eran un misterio absoluto, bajo el nombre de The McCarricks, descubrimos que se trataba de los mismos violonchelista y la violinista respectivamente que participarían luego en el Show de Kristin. Su actuación no se limitaba tan solo a la música, sinó que una cuidada iluminación y una pantalla detrás suyo mostraba unos videos propios de las peores pesadillas de David Lynch, creados para que conjuntasen con la base electrónica que sonaba de fondo, a la que los hermanos interpretaban la melodía principal con sus instrumentos de cuerda.

Muy progresivos, ambientales y envolventes, sin duda supusieron toda una sorpresa por su fascinante creación de atmósferas y lo completo de su propuesta, en excelente intento de ponerle algo más que música a un concierto de… ¿rock?

Poco rato después, salieron sin demasiados alardes Kristin y su banda actual, entonando los primeros acordes de Wild Vanilla, una de sus canciones con ritmo más acelerado de su último disco, que junto con los continuos comentarios distendidos y las bromas de Kristin, hicieron ganarse al público de inmediato.

Cabe destacar el predominio que tuvieron las canciones del último disco en el setlist, sirva como ejemplo que después de tal arrancada siguieron Dayglo y las maravillosas Nerve Endings y Under The Gun; ambas dos cancionazas que con el impecable directo no hacían más que aumentar su grandeza.

Porque si algo hay que destacar, es la sobriedad con la que se llevó a cabo todo el espectáculo: luces las justas, nada de efectos de fondo, y sonido muy orgánico; que pegaban completamente con el estilo musical de Kristin Hersh y convertía a su directo en una réplica maestra de su sonido en disco.

Poco después vino el turno de recuperar algunas de sus canciones de anteriores discos como Gazebo o Listerine, se notó que Hersh eligió las que más le gustaban a ella personalmente, comentando con el público en que se inspiró para escribirlas, y en muchas de ellas interpretadas en solitario con la guitarra, debido a la instrumentalización mucho más sencilla de sus antiguos trabajos.

Un punto propio se merece su ejecución vocal en directo, pasando de una voz pausada y melódica a las subidas más repentinas con sus particulares tonos fuertes y desgarrados; realmente el canto es un sentido que lo tiene separado de la habla, puesto que cuando charlaba con los miembros de la banda o con la gente del público, se la oía a medio camino de una afonía, y luego no tenía problema alguno para clavar todas las interpretaciones.

Durante prácticamente todo el espectáculo fueron constantes los aplausos y vítores del público por el excelente trabajo del grupo, y que obligaron a ejecutar bises una vez terminada la asombrosa primera parte del concierto. Incluso Kristin bromeó, ante la constante insistencia del público, sobre el hecho de ser lunes, preguntándose si no teníamos que ir a trabajar el día siguiente.

Después de otras pocas recuperaciones más de sus antiguos discos, y de un par de canciones de Throwing Muses, Miss Hersh abandonó La [2] entre el agradecimiento y el clamor general, en lo que fue un concierto muy agradable y personal, que nos recordó que no hace falta ni gran espectáculo ni exageradas ostentaciones para transmitir con música en directo.


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19 de marzo de 2007
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