/Crónicas///

Junip – Bilbao (22/10/2011)

Jose Gonzalez, Elias Araya. Tobias Winterkorn
7.6
Kafe Antzokia, 3/4 de sala
Precio: 16/20 €

A Junip, la banda de José Gonzalez, se les quedó pequeño el Azkena en las fechas que tenían previstas antes de verano. Así que, al suspender esas y reemplazar la gira en octubre, suponemos que la promotora decidió ir a por el Kafe Antzokia. Elección acertada viendo los 3/4 aproximados de lleno que hubo. Y es que González tiene mucho tirón, como dieron cuenta los incesantes aplausos, silbidos y aullidos varios de la audiencia como pocas veces uno ve en un concierto de rock y hablo en el sentido más amplio del término.

Primero salió a escena Woodpigeon. Se trata de una banda canadiense de pop y folk orquestal, a menudo comparados con Sufjan Stevens o los propios Arcade Fire. Con estos tienen en común que son un colectivo de músicos que pivotan alrededor de Mark Hamilton, cantante, guitarrista y compositor. Pero esta vez se presentó en su faceta más personal, con tan sólo Hamilton, su guitarra y sus pedales en el escenario. Para paliar esa ausencia de banda recurrió a algo muy visto estos días, la técnica de grabar voces y sonidos para reproducirlos en bucle mientras añades en directo otras capas de sonido. La tímida presencia escénica del barbudo trovador, incidió en lo intimista de su folk-pop, romántico y ensoñador, que fue calurosamente recibido por el público.

La alineación de Junip también contradijo nuestras expectativas, pues se presentaron con cinco miembros, dos adicionales a su conocida formación de trío (a saber, José González con su acústica al frente de la nave, Elias Araya y Tobias Winterkorn detrás a la batería y teclados, respectivamente). Uno de estos nuevos compinches se ocupaba principalmente del bajo y el otro jugaba un papel mucho más interesante, con timbales, xilófono, flauta o saxofón entre sus múltiples juguetes, que contribuían al sonido eminentemente psicodélico que la banda desprendió en toda su actuación.

Y es que la mejor definición que vino a la mente de como Junip se mostraron en el concierto fue la de unos Massive Attack del folk-pop. Ambientes que invitaban al relax, progresiones lentas y muchos sonidos envueltos en una misma madeja de calidez irradiada hacia el público. Así, ante un gigantesco toldo con el artwork de la banda con el artwork de Fields y una iluminación tenue y a veces acentuando ese caracter psicodélico ya nombrado, el quinteto fue desgranando ese repertorio plácido y repetitivo, entregando dosis tras dosis de mantras indies.

Puede que la procedencia nórdica de la banda no de pie a una gran conexión con el público, pero las palabras de Gonzalez en español bastaron para entusiasmar a un público entregado desde el minuto uno. Una sobrereacción a un muy buen concierto, que nos hizo pensar en el fenómeno fan que se esconde detrás del cantautor sueco. Siempre será mejor que ver estas actitudes frente a bandas de dudosa calidad, supongo.

No en vano la banda salió hasta en dos ocasiones. Tras interpretar su single «Always», uno de los momentos más pop del concierto abandonaron el escenario y volvieron para interpretar otro par de temas, entre ellos la carismática «In Every Direction». El fervor del público no se apagaba y la banda regresó, finiquitado su repertorio propio, para interpretar su animada versión del «The Ghost of Tom Joad» de Bob Dylan, que tal vez tira más al sonido de su carrera en solitario que al sonido hacia el que la banda se ha encaminado en «Fields». En cualquier caso, un concierto más que digno de una banda bastante especial.

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22 de octubre de 2011