/Crónicas///

Glen Hansard – Bilbao (14/02/2013)

8.0
Kafe Antzokia, Lleno (sold-out)
Precio: 20/25 €

Quién más quién menos aficionado a esto de los conciertos tiene el típico amigo cansino que siempre ha visto antes al artista de turno y en mejores condiciones, ya sea con mejor formación, en mejores condiciones físicas o en un momento creativamente más álgido, etc. Pues bien, habiendo visto a Glen Hansard hace tan poco tiempo me es imposible hacer esta crónica sin ponerme en la piel del amigo brasas para con los lectores. En este caso los puntos clave fueron la comodidad del recinto y la complicidad más soprendente de la primera vez del irlandés con la ciudad.

Esta vez en el Kafe Antzokia nos encontramos con un lleno excesivo, de esos que impiden disfrutar al 100% del concierto, con más gente de cháchara, etc. Y la magia se resiente, más ante la larga duración del concierto, casi es de agradecer que el concierto durase menos que en Madrid porque entre Lisa Hannigan y él nos tuvieron de 21:00 a 00:30 ahí en pie. Hablemos primero de la pizpireta Hannigan, de voz suave tanto cantando como hablando, casi susurrante. Nos hechizó con la sostenida fragilidad de esa voz que parece que va a quebrar en cualquier momento pero se mantiene ahí pese a las piruetas a las que la somete. Y la verdad es que el público le respetó bastante. Sola con guitarra o mandolina o acompañada con parte de la banda de Hansard, Hannigan triunfó y seguro que cualquier día podrá venir a dar un concierto por sí sola, sin la sombra de Damien Rice ni de Glen Hansard.

El carisma de Glen Hansard ya nos lo sabemos y se mantiene intacto. Esta vez fue algo menos magnético y gracioso en comentarios y tampoco jugueteó tanto con las canciones (tan sólo metió un trozo de «Respect» en medio de una de sus canciones). Por lo demás el setlist y su orden no varió demasiado de la citada visita anterior, algo que también podríamos reprochar. Pero en definitiva, el buen hacer se mantuvo, ese oscilar entre los temas reposados y melancólicos y el rock altisonante de corte épico gracias a su modular banda (la parte de rock, el acompañamiento a los vientos y el cuarteto de cuerda formada por jovenes locales, entre todos sumaban 11, sincontarle a él).

Ni qué decir que el público se volvió loco cuando asaltó su hit «When Your Mind’s Made Up», sin el cual hoy seguramente no haría estos llenos y en general ganó con los temas de más solera de The Swell Season. La gente se venía arriba ante las demostraciones de pasión de Hansard en «Leave» y de nuevo, igualito que la otra vez triunfó jugando al despiste y haciendo él solo «Astral Weeks» una versión de Van Morrison ensordecedora que inundó la sala de distorsión.

Tras este tramo volvería a subir la banda, en la que destacó de nuevo su batería y compañero de The Frames, Graham Hopkins, sin duda alma dicharachera de la formación después del propio Hansard. Y realmente en el formato de banda completa es cuando nos regalaron otro de los mejores temas de la noche, una escalada con trazas post-rockeras pero no de las típicas, mostrando la versatilidad de Hansard como compositor y de la banda como intérpretes por si nos hubiera quedado poco claro. Hablamos de «Santa Maria», de The Frames, todo un derroche de ruidosa emoción.

Volvieron a homenajear a sus queridos The Band pero en sus propias palabras hicieron «una versión de una versión de Marvin Gaye por The Band». 2×1 de homenajes que cerrarían con el ya clásico «Passing Through» para finalizar, con toda la banda rodeando las escaleras y desenchufados, con sólos por parte de la sección de viento, los chicos de cuerda no se atrevieron con el comprometedor reto. En esta fiesta final, que se dedicó a correr la sala de arriba a abajo, literalmente saliendo por la balconada, iba también Lisa Hannigan que antes había salido para hacer un par de temas con Hansard (incluido uno de los grandes hits de «Once»). Total que cerraron con inmejorables vibraciones festivas un concierto en el que el pícaro Glen Hansard nos ofreció más o menos lo mismo, sólo que las circunstancias lo hicieron menos excitante y se perdió algo de la chispa de aquel genio por el camino. Pero mientras lo ofrecido tenga esta calidad, todo condicionante no puede rebajar un gran concierto.

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14 de febrero de 2013