/Crónicas///

Dum Dum Girls – Bilbao (06/04/2012)

Dee Dee, Jules, Sandy, Malia
6.5
Kafe Antzokia, Medio a 3/4
Precio: 16/18€

Primer paso de las Dum Dum Girls por Bilbao. Bajo el sello Sub Pop pero con poco que ver con el grunge, ni siquiera con sus primas del riot grrrl, el cuarteto californiano nos evoca a las Shangri-Las, The Ronettes y toda esa cultura que arranca en los sesenta y vas desde el pop azucarado al garaje pasando por los toques ‘billy y que termina de fraguarse con el shoegaze de Mazzy Star o Jesus & Mary Chain. Actualmente, más en sintonía con sus colegas The Raveonettes, cuyo nombre y eslogan «Rave On» podría verse en su equipo.

Fue una de esas ocasiones en que no teníamos mucha información de si habría o no teloneros. Pero allí salieron unas chicas, tres, no cuatro y desprovistas de ese toque de pin-up góticas de las Dum Dum Girls. Se llamaban Arponera y son otro de esos grupos que hacen del amateurismo punk la gracia de su pop. Por un lado es inevitable criticar la escasa solidez de su directo, aunque como siempre pasa, una propuesta así luce mucho mejor en un sitio pequeño que en una sala como el Kafe Antzokia.

Por otro lado, son una banda con el ansia experimental del post-punk, con una oscuridad mezclada con unas melodías vocales deudoras del folk… no, no del anglosajón sino más bien de la canción tradicional española, incluso con algo de jota (no, el de Los Planetas, no). Así, si no podemos hablar de buen concierto, sí podemos catalogarlo de entretenido y su propuesta de prometedora, esperemos que no quede en un ejercicio de modernez. Agradaron al público que les pidió un bis y tuvieron a bien despedirse con una que ni pintada «Anti todo» de Eskorbuto, cuya tibia recepción nos hace pensar lo poco que valoramos a uno de nuestros grupos más relevantes.

Después sería el turno de las Dum Dum Girls que ofrecieron un concierto correcto pero no sé que nos da que no fue sus noche. Para empezar Dee Dee, alma de la banda se pasó medio concierto indicando al técnico que ajustara el sonido y no le faltaba razón, los primeros temas sonaron muy mermados de melodía y ni siquiera «Bedroom Eyes» evocó la magia sesentera que debería.

A nivel escénico hay que corroborar que el reemplazo de la pelirroja Bambi por Malia supone un cambio. La nueva bajista comparte el gusto por el negro de la banda, pero no así el de los pantys, convirtiéndose en la más recatada en el escenario. Aparte de la entrega de la citada Dee Dee, voz y guitarra que se nota que es la que más está pendiente de que todo funcione, cabe destacar la labor de Sandy, capaz de entregarse con fuerza a la batería y terminar el concierto como si acabara de prepararse y una Jules muy encariñada con su botella de vino.

Por lo demás, echamos en falta chispa, sobre todo de un grupo de rockeras a las que se vio muy modositas y tímidas, tan sólo diciendo gracias entre canción y canción. Con un repertorio corto y no demasiado variado se echa en falta algo de carisma que enganche con el público, el cual por cierto tampoco es que se hinchara a bailar sus canciones.

Y no será porque no las tienen buenas, ya que una vez engrasado el asunto pudimos disfrutar de arrebatadores hits como «Bhang Bhang, I’m a Burnout» o «Jail La La», perfectas mezclas de ese indie-rock retro con reminiscencias lo mismo al pop sixtie, al punk o la new-wave. O los últimos momentos del concierto animados por el surf oscuro de potente guitarreo en «Lavender Haze» y su dulce versión del «Sight of You» de Pale Saints. Hicieron un bis, de tan solo un tema, la muy Mazzy-stica «Coming Down» que casi nos parece que va a salir Hope Sandoval a cantar.

Concierto correcto, pero se juntaron la frialdad de la banda con la de la ciudad y la semana santa que nos ha tocado este año para apagar las sensaciones.

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6 de abril de 2012