/Crónicas///

Día de la Música – Madrid (22/06/2012)

7.0
Matadero, Unas 6.000 personas
Precio: 40 un dia / 66 abono

Con rigurosa puntualidad y tras la fiesta de inauguración con Los Evangelistas de la noche anterior, los norteamericanos Tammar daban el pistoletazo de salida al primer día de festival propiamente dicho. Con un sonido a medio camino entre el post punk, el rock psicodélico, y los sonidos espaciales, la banda de Indiana defendió como pudo sus canciones de debut en un escenario UFI donde el sonido no era el apropiado, y donde el escaso público que comenzó viendo la actuación apenas estaban calentando y se mantenían distantes al escenario y la banda. Pese a ello temas como «The Last Line» o «Summer Fun» nos dejaron con ganas de verlos un espacio y una hora adecuada para una banda como ellos. Gracias a un pequeño retraso en el comienzo de su actuación llegamos a tiempo para ver en el escenario Spotify al dúo de hermanas que forman Cristi Jo y Jessica Zambri bajo el nombre de Zambri. Presentaban su debut en formato largo «House Of Baasa», y lo cierto es que demostraron poseer tablas escénicas, buena presencia, y unas voces de gran calidad que brillaron más cuando su personal forma de entender el pop subía de revoluciones. Bastante más disfrutables en un ambiente festivalero que los posteriores Jane Joyd, Zambri pueden ser una de las bandas revelación dentro de las sonoridades del pop de vanguardia.

Jane Joyd sin embargo dejaron la sensación de estar desubicados, y esa gran banda que integra cuerdas, vientos, y piano junto a guitarra,batería, bajo, y una prodigiosa voz, no terminó de encajar en este Día de la Música donde el público quizás requería algo más de intensidad para no caer en la somnolencia. Eso sí, toda la pinta de ser altamente disfrutables en otros contextos, la tienen sin duda. Los horarios serían en parte el gran rival de la siguiente actuación. Era la primera del día al aire libre, y Lee Fields & The Expressions sufrieron un sol de justicia que deslució su potente revisitación del soul más clásico. Pese a ello el veterano cantante no paró de animar al público que se refugiaba en las escasas sombras que ofrecía un recinto, de gran comodidad y adaptabilidad, e incluso de cierta belleza, pero al que dadas las fechas y la ciudad en las que se celebra (Madrid en pleno Junio es un horno), la organización debería plantearse adecuar con más zonas cubiertas para futuras ediciones ya que los horarios de Matadero imposibilitan el uso del espacio de madrugada.

Annie Clark era quizás uno de los primeros nombres de la lista de artistas más esperados de la primera jornada, entre otras cosas porque su reciente paso por la edición madrileña de Primavera Club había registrado muy buenas opiniones. Ahora, ya con «Strange Mercy» más mascado por todos, pudimos disfrutar de momentos álgidos como el catártico «Marrow» o la bella «Cruel». Annie derrochó pues magnetismo y buen hacer musical, para terminar haciendo incluso crowdsurfing. Mientras esto sucedía, en el escenario RTVE Twin Shadow se aprovechaba de un retraso en la actuación de Tindersticks, que congregó un buen número de curiosos que sobrevivían al duro Sol madrileño. Su propuesta ochentera de Prince de nueva era contentó y animó bastante, aunque inevitablemente se hacía impensable que llegase a poner en movimiento a un respetable que sufría aún de sudores con los últimos rayos de sol. Con Azealia Banks la historia fue bien distinta, porque en media hora si que fue capaz de hacer el mayor tornado de todo el festival. Como un soplo de aire fresco en pleno verano apareció a demostrar que es mucho más que un hit como «212», aunque los patrones de su mezcla de hip hop y house no se mueve mucho de ese experimento. Derrochó también mucho magnetismo, sus bailarinas mucho esfuerzo y, sin duda, fue uno de esos hypes que todos están deseando tirar por tierra pero que resistieron los primeros golpes. Quizás lo mejor del día.

Mientras tanto, en el auditorio Rockdelux, una vez superado el retraso provocado por un problema en el vuelo que traía a la banda, la gente se agolpaba para ser uno de los agraciados en poder ver la recogida actuación de Tindersticks. El aforo limitado del auditorio provocó un desborde de público que trajo consigo que el suelo del recinto se llenase con el personal que no tenía asiento. Con algún problemilla en el sonido, suponemos que relacionado con las prisas de haber llegado tarde a Madrid, la banda de Nottingham respaso temas de su último disco «The Something Rain», como «Chocolate» o «A Night To Still», junto a clásicos como la siempre obligatoria «Another Night In». Sonando como en ellos es habitual de forma muy pulcra y elegante, lograron salvar las adversidades en su enésima visita a España en los últimos meses, demostrando así las tablas que poseen a estas alturas los ingleses. El tímido James Blake fue el gran perjudicado del cambio de horarios de Tindersticks, ya que su concierto coincidió de pleno con uno de los artistas con los que más público compartía. No sabemos si por eso o porque era un artista de brillar en distancias cortas, pero su concierto sufrió para ser disfrutado por sus interesados, entre los charlatanes y los que no tenían ganas de ponerse intimistas. Una verdadera pena, ya que su directo volvió a demostrar que la música electrónica llevada al directo ha de mantenerse muy viva: baterista tocado en vivo, voz perfecta y temazos como «Limit To Your Love» o «The Wilhelm Scream» contentaron al que quiso.

Era el turno de uno de los nuevos baluartes del indie bailongo, y Two Door Cinema Club demostraron desde el comienzo que salían a por todas, con un arranque protagonizado por la pieza que abre su debut discográfico, «Cigarettes In The Theatre», seguida del single «Undercover Martyn». A Partir de aquí ofrecieron un concierto que no podía defraudar a todo el que disfrutase con aquel «Tourist History» publicado en 2010, y además dieron pistas con algún adelanto de lo que será su próximo disco que se espera salga a la venta en Septiembre. La cierta linealidad de su sonido fue desplegada en un arsenal de temas quizás algo parecidos entre sí, que no evita sin embargo que Two Door Cinema Club hayan dado de momento en el clavo para gustar al público mayoritario gracias a la efectividad de canciones como «What You Know» o «I Can Talk», con la cual cerraron un concierto de los más movidos del Viernes. Para nosotros el cierre de la primera jornada correría a cargo de The Raveonettes en el escenario cubierto de Spotify, cuyo directo se alejaba mucho del karaoke que tenía montado La Casa Azul al aire libre. La propuesta de este dúo nórdico no tuvo nada de suerte en la nave que contenía el escenario, muy dada a la poca nitidez de sonido y a los bajos con mucho eco. Eso era un pero como para bajar nota su concierto en el Día de la Música, pero nada al lado de la poca fuerza y cansancio que demostraron encima de las tablas, lejos de lo que suelen tener acostumbrado a sus seguidores. Parece ser que sufrieron problemas de espalda por un largo y accidentado viaje, así que están perdonados.

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22 de junio de 2012