/Crónicas///

Cápsula – Sevilla (14/04/2012)

Martín Guevara, Coni Duchess, Nacho Villarejo
8.3
Museo, Medio lleno
Precio: 10/12 €

Noche de puro rock en la sala Museo de Sevilla. El especialmente elevado número de conciertos que se celebraban la noche del pasado Sábado en la capital andaluza , sin que ninguno sobresaliera especialmente en cuanto a repercusión sobre los demás, hacía difícil calibrar el aforo que conseguirían Cápsula, una de las bandas más incendiarias en directo de la actualidad nacional, que volvía a la ciudad tras varios años.

De primeras, sin aún los teloneros en escena un buen rato después de la hora oficial de comienzo, la cosa pintaba tibia, ya que apenas unas veinte personas pululaban por el interior del recinto. Pero el goteo incesante, antes y durante la actuación de Autocine Stoller hizo que se consiguiera un respetable medio aforo poco antes de que saliera el trío vasco-argentino.

En cuanto a la banda encargada de abrir la noche, pues decir que facturan un solvente e infeccioso rock, más bien rockabilly, con muchos ojos puestos en el imaginario americano de los 50, como bien indica su evocador nombre. Con un repertorio basado al menos en su mitad en versiones (los Rolling, Eddie Cochran, standards de la década…), el grupo también presentó las canciones de su primer ep homónimo con gran eficacia, contando con el plus de una cantante con carisma y gran voz.

Pero lo que siguió ya fueron palabras mayores. Martín, que nos recordó con su blusa roja y delgada figura al Bobby Gillespie de Screamadelica, Coni, con orejas de gato enarbolando con rotundidad el bajo y Nacho, desatando a la mínima que le daban pie su arsenal percutivo, salieron todo sonrisas y actitud agradecida hacia el público y los organizadores, para regalarnos una de las noches de rock más auténticas que se recuerdan en la ciudad en los últimos meses.

Venían presentando su segundo largo para BCore ‘In the Land of Silver Souls’. Temas como “Let’s Run Far Away” o “What’s in the Mirror” son un nuevo paso en su búsqueda del rock con ciertas miras espaciales y psicodélicas, pero a base de distorsión y toneladas de reverb; lo que hizo que en directo ganaran sobre todo en crudeza, se acercaran aún más al garage y se implantaran cómodamente en medio de los setenta.

Así, con un sonido que osciló a lo largo de todo el espectro que separa a MC5 de Sonic Youth, lo suyo fue no dar tregua y hacer que el público participara y no parara de moverse. Con decir que a las tres o cuatro canciones Martín ya había logrado que se le hiciera un pasillo entre el público para colgar su guitarra de un foco al otro lado de la sala, mientras sus compañeros seguían tocando sobre el escenario, creo que el lector se hará a la idea de que no era noche de indie pop lánguido para disfrutar sentado.

En total, una hora y veinte de disfrute total; de continuas contorsiones de la pareja sobre el escenario, subirse al ampli, frotar la guitarra contra los micros y cualquier otro tópico del género que se os ocurra, pero siempre efectivos. No hubo pausas innecesarias y apenas parones para afinar, descontando algún problema técnico al principio que arreglaron rápido. Pura fiesta, en definitiva, que se vio rematada en bises con toda una versión de «Suffragette City» de David Bowie, recuerdo de su aún reciente gira revisitando a Ziggy Stardust. Los queremos pronto de vuelta.

 

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14 de abril de 2012