/Crónicas///

Amorphis – Copenhague (05/11/2010)

Tomi Joutsen (Voz), Esa Holopainen (Guitarra), Tomi Koivusaari (Guitarra), Niclas Etelävuori (Bajo), Santeri Kallio (Teclados), Jan Rechberger (Bateria)
9.5
Amager Bio, 3/4 sala

Copenhague no era la mejor opción para desplazarnos a ver a una de esas bandas, que sabes que difícilmente vas a poder ver por aquí. Primer concierto de la gira, pero con cambio de sala incluido, que obligaba a fusionar este concierto con el que iban a dar una banda de versiones de Metallica y por otro lado, faltaban uno de los teloneros de lujo de la gira, los también fineses y grandísimos, Ghost Brigade. Con todo nos pudo en la elección de la ciudad, el atractivo que tiene para nosotros las tierras escandinavas y la propia ciudad de Copenhague.

Merece pararse un poco a comentar como era Amager Bio, una sala en el barrio al que da nombre la isla en la que se encuentra ubicado. Acostumbrados a las feas salas madrileñas aquello era el equivalente a un hotel de cinco estrellas en sala. Completamente forrada de madera, con tres alturas que permitían ver el concierto perfectamente desde cualquier ubicación y el bar separado convenientemente del recinto de conciertos. Y lo más importante sonido perfecto. Eso de ver un concierto en primera línea con toda la potencia de sonido y salir a la calle sin el más mínimo pitido de oidos, no lo recuerdo nunca. Ello unido al público danés, respetuoso con el prójimo a la vez que animado. Con esto las bandas ya tienen ganado mucho recorrido para que un concierto triunfe. Y eso tanto Orphaned Land como Amorphis lo supieron aprovechar.

Orphaned Land se mostraron como una propuesta llamativa. Primero, por la procedencia, ya que no es habitual encontrarte con una banda de nivel proveniente de Israel. Y siguiendo, por el estilo que practicaban, una mezcla entre death metal y música tradicional proveniente de Oriente Medio. Y acabando por las pintas de «Mesías» que llevaba el cantante. Buena ejecución y una buena manera de calentar el ambiente, aunque si la actuación se hubiera extendido más quizás se hubiera hecho repetitiva.

Llego el turno para nuestra razón de acudir al concierto, es decir, Amorphis. A una banda con veinte años de carrera a sus espaldas y una pila de discos a cual mejor, en especial la última época, con la entrada de Tomi Joutsen como cantante a partir de «Eclipse», se le presupone un buen directo, pero aquello rondo la excelencia, ayudado por lo adecuado de la sala. Ya no es que en Tomi Joutsen hayan encontrado un excepcional cantante, tanto en las voces limpias, como guturales. Es que han encontrado a un verdadero frontman y un animal del escenario, que se come literalmente el mismo, lo que permite al resto de la banda centrarse en el plano instrumental. Espectacular el movimiento de sus largas rastas que parecian tomar vida propia durante los continuos movimientos y head-bangings, a pesar de los cuales, Tomi mantenía sobradamente su capacidad vocal.

El concierto comenzo con dos de los grandes «hits» de «Skyforger», como «Silver Bride» y «Sky Is Mine», para seguir como «Towards and Against» de «Silent Waters» que tan bién resulta en directo por sus efectos de guitarra. A partir de ahí cayó un pequeño repaso a sus primeros albums con «The Castaway», «Song Of The Troubleds One» y «Exile Of The Troubled One», que ya habiamos podido escuchar con la voz de Tomi con el recientemente editado «Magic & Mayhem – Tales from the early years». Siguió otro megahit del «Skyforger», «From The Heaven Of My Heart», para tirar por primera vez del «Eclipse» con «The Smoke» y regalarnos con el tema estrella de «Ad Universum», «Alone», que no se encuentra en el «Magic & Mayhem» por lo que era la primera vez que podia disfrutarlo con la voz de Tomi. El concierto se cerró con tres de los temas más reconocidos de la banda. «Black Winter Day», el tema con el que se dieron a conocer, seguido de «House of Sleep», que fue el tema que les dió verdadera fama en su Finlandia natal, cerrando con el habitual «My Kantele».

Concierto de diez en la ejecución, en el sonido y en como lo vivimos el público, pero que sin embargo se nos hizo muy corto. Una hora y cinco minutos duró escasamente el mismo, por la necesidad de que, a continuación, tocara la banda de versiones de Metallica, a la que no nos quedamos a ver, ya que no somos tampoco seguidores de los propios Metallica. Pero habrá que recurrir al dicho de «lo bueno, si breve, dos veces bueno», pero lo cierto es que es imposible contener en tan poco tiempo la tremenda cantidad de grandes temas que atesoran Amorphis. Una pena porque con tres o cuatro temas más seguro que les hubiera otorgado mi segundo diez.

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5 de noviembre de 2010